Lundi.

Hoy como un día normal y distinto a la vez, me apetece llorar,
como no había llorado antes, sin motivos, pero lloros con fuerza,
que te quedes satisfecho cuando hayas terminado, que te quedes sin fuerza,
que te vengan con abrazos y besos, con sorpresas, con sonrisas,
algo básico y necesario para poder vivir.
Hoy quiero un lunes distinto, un lunes son sensaciones de viernes,
que me hagan sentir que hay cosas por las que no tienes que esforzarte, que vienen solas.
Que me quede con ganas de más, como con este texto, con pocos minutos que vivir,
y que tengas pocas letras para describirte hoy, lunes,
dame momentos y no me des letras para describirte.

Ciérrame.

Con el tiempo que tengo, quiero y pretendo buscar un sentimiento,
 un lugar, un sonido, una comida,
que me ayude a no decidir tanto y pasar de largo más.
Algo con poco sentido, escaso, fácil de usar y difícil de explicar,
que nadie lo entienda, que sólo lo entienda yo y este texto,
sin principio, ni final.
Que tú me preguntes por su significado, y yo sin explicártelo
me comprendas con el por qué de necesitarlo y el por qué lo estoy teniendo.
Que no esté en el diccionario, ni en tus ganas de sentirlo ni de vivirlo; algo desconocido.
Algo desconocido como tú, ser que habita en este mundo, sin haber sido encontrado.
Aparece, después de haberte encontrado a ti mismo conmigo y cerrado todos mis comas
que daban comienzo a palabras que describían la necesidad de tu ser.

Recuerdos que no quieres recordar.

Qué recuerdos, malditos recuerdos, cuando buscaba tu canción del tablón e iba en busca del significado de la propia canción, y ver si tenía concordancia con nuestra historia. Cuando se me ponía la risa tonta al ver lo que sentías, antes de que yo editase el mio con otra canción para ti.
Bonitos llantos de sonrisa me gastaba contigo, proyectados en los folios desde donde te escribía todo el significado concreto que te quería hacer llegar con esas canciones, que hasta te ponía la propia letra para dejártelo claro, que te extrañaba, que yo te hacía sentir a ti, lo que tú me sentías sentir a mi.
Bonita adolescencia, procurando cumplir los minutos contigo y dejar el resto en el apartado de borrador, para tenerte cerca cuando no te tenía.